Claudia se levanta con ojeras de cafe;
Cuando el gallo canta y el sol apenas se ve;
Derrepente truena el estallido de un bebe;
Este tiene hambre otra vez.
Claudia dobla prendas todas en filas de a diez;
Son para las casas cuatro, doce y veintitres;
Se sienta en la mesa y se pone a pensar;
Pues no hay espacio para soñar.
Mientras Pedro sueña por los dos en el sofá;
Short azul marino y arriba nada de na;
Con un diarío viejo de tanto garabatear;
No hay espacio ya para marcar.
El licor de Ayer, ya les pronostico;
Que Pedro no despierta sino despues de las dos;
Claudia esta manchada con la pintura mas gris;
Y pensar que antes fue feliz;
Coro:
Y recordando el viejo lema que con amor todo se llena;
A los quince claudía decidio partir;
A un nido lleno de promesas por curar una torpeza;
Sin imaginar lo que iba a vivir.
Sin embargo Claudia en mandil blanco y Liston;
Va ha una residencia en gran urbanización;
Doce horas al día como empleada del hogar;
No hay espacio para descansar.
Gritos, malos tratos y abusos del patrón;
Tiene que aceptarlos pa´evitar la expulsión;
La bolsa sin reales o la resignación;
Ella ya tomo una desición.
Pedro sabe bien que su esposa tardará;
Por eso a invitado a la vecina una vez mas;
En el lecho siente cierta culpabilidad;
No hay espacio para la verdad.
Claudia ha apresurado como nunca su labor;
Llega ha su casa, pasa por el comedor;
Hay ruido en su cuarto, oye una conversación;
Y supone ya la situación.
Arropa ha su niño con mucha discreción;
Guarda sus ahorros, deja la resignación;
Claudia toma un bus con destino a otra ciudad;
En busca de la felicidad.
Claudia vende flores hace cuatro años ya;
Ya no piensa en Pedro, todo a quedado atrás;
No hay mucho dinero, pero hay tranquilidad;
Y algo bueno estará por llegar;
La esperanza algo, traerá...
Cuando el gallo canta y el sol apenas se ve;
Derrepente truena el estallido de un bebe;
Este tiene hambre otra vez.
Claudia dobla prendas todas en filas de a diez;
Son para las casas cuatro, doce y veintitres;
Se sienta en la mesa y se pone a pensar;
Pues no hay espacio para soñar.
Mientras Pedro sueña por los dos en el sofá;
Short azul marino y arriba nada de na;
Con un diarío viejo de tanto garabatear;
No hay espacio ya para marcar.
El licor de Ayer, ya les pronostico;
Que Pedro no despierta sino despues de las dos;
Claudia esta manchada con la pintura mas gris;
Y pensar que antes fue feliz;
Coro:
Y recordando el viejo lema que con amor todo se llena;
A los quince claudía decidio partir;
A un nido lleno de promesas por curar una torpeza;
Sin imaginar lo que iba a vivir.
Sin embargo Claudia en mandil blanco y Liston;
Va ha una residencia en gran urbanización;
Doce horas al día como empleada del hogar;
No hay espacio para descansar.
Gritos, malos tratos y abusos del patrón;
Tiene que aceptarlos pa´evitar la expulsión;
La bolsa sin reales o la resignación;
Ella ya tomo una desición.
Pedro sabe bien que su esposa tardará;
Por eso a invitado a la vecina una vez mas;
En el lecho siente cierta culpabilidad;
No hay espacio para la verdad.
Claudia ha apresurado como nunca su labor;
Llega ha su casa, pasa por el comedor;
Hay ruido en su cuarto, oye una conversación;
Y supone ya la situación.
Arropa ha su niño con mucha discreción;
Guarda sus ahorros, deja la resignación;
Claudia toma un bus con destino a otra ciudad;
En busca de la felicidad.
Claudia vende flores hace cuatro años ya;
Ya no piensa en Pedro, todo a quedado atrás;
No hay mucho dinero, pero hay tranquilidad;
Y algo bueno estará por llegar;
La esperanza algo, traerá...
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